Esta monada la encontré en una juguetería en Nueva York. Había decenas de muñecos de este tipo, calvetes, con dientes, sin dientes, sonrientes, serios, con ojos azules, verdes... Pero este me atrajo como un imán. No pude resistirme a traermelo conmigo. El trajecito es regalo de mi amiga Marisa, originalmente venía tal y como se muestra en la última foto: ataviado con un pañal y mostrando todos sus adorables michelines.
Saturday, September 20, 2008
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2 caramelos:
Hola!!!
Es una ricura, está para comerselo!!!
Un saludo!!!
con esa carita que tiene... cómo no adoptarlo jejeje
me encanta tu blog
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