Cuando era pequeña tuvo muchos juguetes y complementos, como muchas niñas de mi edad. A mi, a lo que más me gustaba jugar era a montar escenarios y casitas, y en el caso de Nancy, Lissi, Barriguitas o Jesmarín, y más tarde Nenuco, esto era posible gracias a todos los complementos que traían consigo. Bueno, consigo no, que había que comprarlos aparte. El caso es que de mis juguetes favoritos, estaban el armario de Lissi (con una cama demasiado pequeña para ella), con sus puerteciras azules y sus estanterías con falsos libros, lámparas pegadas al plástico y cuadros de imitación, y también tenía una mesa blanca y roja con sus cuatro sillas rojas a juego. No ponía Lissi por ninguna parte. Era redonda, para cuatro, pero se abria en el medio (como una mesa camilla de alargadera) y con dos piezas que encajaban, se convertía en una mesa alargada, ideal para cuando llegan invitados. La falta de silla se solucionaba con dos sillas de madera y estuco sevillanas.
Me apenó tras algunos años fuera de casa, comprobar que la mayoría de mis juguetes habían desaparecido. Al menos me queda la cosa de saber que no fueron a parar a un vertedero a ser quemadas o reducidas a trocitos aplastado de plástico, al menos no de inmediato, y que fueron a parar a manos de otros niños. Pero me habría gustado conservarlos por aquello que en esa época decía de "por si tengo hijas".
Las hijas no llegaron, no llegarán ni los recuerdos se irán, los de los buenos tiempos jugando con aquella mesita, o el armario, o los sofás que con cartones y telas inventábamos. Pero la viida da mucha muchas vuelta y he podido recuperar parte de ese juguete tan preciado.
Hace poco lo ví en un portal de subastas: no era la misma-misma mesa, porque no es la original de Lissi, sino que pertenece a su "prima" italiana, Corinne. Pero el precio de ganga no me hizo dudarlo un segundo. Habemus mesa.
Corinne discute acaloradamente su agenda como Azafata de Ryanair (a quién le habrán copiado el uniforme!!), mientras espera que la cafetera termine de bullir en la cocina.
Mi Lissi original de la infancia farfulla algo sobre los ca****** de sus jefes y lo fresco que está aún el tiempo para ser finales de Mayo...
Y la Lissi rubia comenta que a ella también le afecta la Obamanía y que va a irse de compras a por un disfraz de mosquetera o algo porque está aburrida.
Y esta silla vacía, seguro que pronto encuentra posaderas que la cubra...