Esta Nancy probablemente me ha provocado más dolores de cabeza de los que me produciría una persona de carne y hueso. Llegó a mis manos casi deshauciada, con el cabello enmarañado y los ojos oxidados. Intenté limpiarlos con limón, con Cillic Bang y con Dr. Beckmann, sin éxito. El blanco de los ojos estaba amarillento, por lo que decidí llamarla "mi Nancy Colirio". Tras conseguir Ferrokit, le eché unas gotas y la dejé reposar un par de horas. Uno de los iris de margarita se volvió completeamente rojo.
Finalmente, decidí pintar lo amarillo con pintura acrílica blanca, restituir el color de los labios, que era inexistente y está en proceso de tener ambos iris pintados de negro.
Es articulada y de brazo semiduro.
El vestido es un original de los 70 llamado Puzzle, una rareza que apenas apareció en los catálogos y que me regaló mi querida amiga Maica, ahora viviendo en Alemania y que posee una enorme colección de juguetes antiguos, muñecas y, sobre todo, trajes de Nancy.
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